Hoy una amiga escribió las instrucciones para llorar, la otra me permitió llorar al otro lado del teléfono, y finalmente la que faltaba llamó solo para asegurarse de que todo estuviera bien, la última está muy lejos, pero con esa si que se llora de verdad, porque como esa está ahí en la cabeza, esa llora con uno.
Hoy mi marido me vió llorar. Tenía mil razones para hacerlo. Y después de leer cada uno de los diarios, siento además de ganas de llorar de nuevo, unas mil razones para necesitar un abrazo. Solo son circunstancias momentáneas o permanenetes, las que en este periódo me impiden darles el abrazo.
Las quiero, las necesito, las abrazo todas las noches, y lo primero que hago todos los dias de mi vida cuando llego a la oficina es revisar lo que colocan en sus diarios. De lejos de cerca, ahi siempre ando.
Gracias a los 5, 4 brujas y mi amor. Se necesitan tantos hombros para llorar. Finalmente, estoy tranquila.
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